domingo, 4 de enero de 2009

Cuento de Andorra (Acto II)


"Más que los valientes, siempre nos descubren los inmutados"
Lumbre Denalea - El Capitán y su miedo.

Con fecha incierta y de reducidos elementos para la identificación, se cerró, sin preocupaciones, la reunión que trajo como consecuencia la última función de Sebastián. Se fue sin decir nada, como si no quisiera que sus palabras corrompieran de algún modo la resolución milagrosa que había logrado conseguir. Nos miró a todos con la espalda y se puso las pertenencias decomisadas. Pensó para sí mismo en la noche que pasaría después de semejante susto.

Todo había sido residuo de un malestar, luego eco de un brillo y más tarde maltratado por la negligencia. Quizás explotar antes que consumirse era mejor que librarse de manera tan barata. Los héroes no viven así.

¿Quiénes nos marcan el paso?

Siguen los de Morihualta.